Francisca Díaz Bordera

Gente de aquí
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L’Eliana es mi pueblo. Un pueblo que no tiene color en comparación con cualquier otro. El sitio en el que estoy segura le gustaría vivir a mucha gente. Un lugar donde el cielo es más azul y en el que vivo feliz.

Francisca Díaz Bordera, conocida en l’Eiana como Paqui, la de la Joyería Bohemia de l’Eliana, nació en pleno centro de Valencia, concretamente en el barrio del Carmen. “De allí salí para casarme con José cuando tenía 22 años”. La segunda de cinco hermanos, Paqui es por encima de todo, una mujer muy familiar: Procedo de una familia numerosa. Al ser la segunda de cinco hermanos he ayudado mucho en casa cuando ellos eran unos niños. Mi padre, mi marido, mis hijos, la familia, es lo más importante de mi vida. Que estén bien es para mí fundamental”, explica con gesto dulce. Guapa, elegante y suave pero segura de sí misma Paqui, nos cuenta que empezó festear con su marido cuando tenía 14 años. Siendo su novia conocí l’Eliana. Un sitio en el que sus padres tenían un chalet y yo venía a pasar con ellos muchísimos fines de semana.

Eres madre de tres hijos…

Si todos chicos. José francisco que tiene 30 años, Álvaro de 27, y Jordi de 25. Nos quedamos con las ganas de la niña. Lo intentamos eso sí. Pero no fue posible. No nos hubiera importado ser una familia numerosa. Estamos todos muy unidos. Y, aunque siempre hay vicisitudes en el camino que sortear, somos muy cómplices todos. El vínculo es y será siempre muy fuerte. En él incluyo a los abuelos y otros familiares.

En l’Eliana, entre otras cosas te conocen por la Joyería Bohemia de la que eres propietaria con tu marido. ¿Siempre has estado en este sector?

No. La verdad es que estoy en este sector por José, mi esposo. Empecé a trabajar muy jovencita como dependienta. Primero en la boutique Taylor de Valencia, y luego, incluso casada ya en el Corte Inglés en el departamento de Señoras. De este lugar guardo muy gratos recuerdos de trabajo. Lo dejé por propia voluntad cuando mi hijo mayor todavía era muy pequeño y me necesitaba. En ese entonces fue cuando mi marido me pidió que me incorporara a trabajar con é, en el ahora desaparecido almacén y fábrica de joyería de la familia. Hice un curso de contabilidad y empecé a trabajar por las mañanas. Luego vinieron las joyerías de l’Eliana. Me considero joyera por lo que he aprendido durante tantos años tanto en la fábrica como en las tiendas y sé. Pero el joyero, el diseñador es Jose. Yo soy una trabajadora vital.

¿Cuándo llegas a vivir l’Eliana y porqué?

Como te comenté yo conocía L’Eliana a raíz del chalet que tenían mis suegros aquí. Mi suegro era un enamorado de este pueblo. Yo venía todos los fines de semana, incluso, aquellos en los que José estuvo haciendo el servicio militar fuera. Cogía el trenet en Valencia hasta Montesol. Pasaba el viernes, el sábado y domingo y el lunes a primera hora mi suegro me llevaba directa a trabajar en Valencia en su coche. Durante los primeros años de casada vivimos en Valencia capital. Un año alquilamos una casa y pasamos 4 o 5 meses aquí. Luego decidimos quedarnos a vivir en este sitio para nosotros privilegiado. Nos construimos una casa para vivir todo el año. De hecho casi doy a luz a Jordi mi tercer hijo. El siempre reivindica que su carné de identidad debería decir “nacido en l’Eiana”. Tras la crisis del 92 y cerrar la fábrica de joyería en Valencia, l’Eliana también el lugar uue escogimos para abrir la Joyería. 25 años han transcurrido desde ese momento. Casi la mitad de nuestra vida. Me siento muy elianera.

¿Cómo fue tu acogida en el pueblo?

Tengo que decir que excelente. Siempre me han tratado maravillosamente en l’Eliana desde que llegué. Incluso cuando pusimos las tiendas de joyería. En el pueblo me preguntaban ¿Tu eres de l’Eliana? Y siempre decía que sí. ¿Y de quien eres hija? seguían… y yo respondía con los nombres de mis padres y ya estaba. Peo es que no me siento de otro sitio. Cuando salgo a Valencia o fuera siempre hablo de mi pueblo. Ese pueblo es l’Eliana. Siento que pertenezco a ella. Aquí está mi casa, tengo mi familia, mi trabajo y muy buenos amigos. Toda mi vida está en l’Eliana.

¿Qué tal trabajar en el pueblo?

Nosotros tenemos clientes y amigos con eso te lo digo todo.

Eres la vicepresidenta de la Asociación Local de la Lucha Contra el Cáncer… En esta faceta solidaria te vemos siempre muy activa…

Para mi es inconmensurable lo que significa el trabajo de esta asociación en l’Eliana y en cualquier otro punto de España. ¿Quién no ha tenido alguien querido, cercano o amigo afectado por esta enfermedad? En mi caso fue mi padre, que desafortunadamente nos dejó muy pronto. Yo me planteé en ese momento que había que hacer algo. Todos podemos ser víctimas del cáncer. Pero hay mucho que hacer todos los días. Me siento orgullosa y sobre todo muy satisfecha de la labor que hacen mis compañeros por esta asociación y estoy convencida de que la recaudación que hacemos en nuestro pueblo, es un granito de arena, pero un granito muy importante que suma sigue.

¿Cómo convencerías a la gente a participar en esa cena solidaria a favor de la lucha contra el cáncer que se celebra el próximo 6 de junio en l’Eliana?

A la gente de l’Eliana no hay que convencerla. L’Eliana es un pueblo muy solidario y sensibilizado. La participación del comercio local en este evento es decisoria. Nos ayudan muchísimo no sólo con su asistencia a la misma, sino con los regalos de los sorteos. Pero es que todos se vuelcan, las mujeres de la Asociación de Amas de Casa Tyrius. Las de la casa de Andalucía y los de la Unión de Pensionistas, etc. Están ahí para todo. A nadie le cuesta pagar ese tiquek de 10 euros para contribuir. En todo caso recordar la fecha de la cena que es el próximo sábado 6 d junio, que ya están a disposición para la venta estos boletos, que será en los aledaños de la plaza del Hogar del Jubilado en l’Eliana y que se puede reservar mesa ya que la venta es anticipada.

Para terminar Paqui … ¿Qué significa l’Eliana para ti?

L’Eliana es mi pueblo. Un pueblo que no tiene color en comparación con cualquier otro. El sitio en el que estoy segura le gustaría vivir a mucha gente. Un lugar donde el cielo es más azul y en el que vivo feliz.