Silvia siempre va con la sonrisa en la boca. Al hablar transmite cariño, amabilidad, simpatía. Quizá por ello se ha ganado el afecto de muchos de los que la conocen en su trabajo, tanto clientes como compañeros, en el Bar Torrent de l'Eliana.
Nacida en 1975 en Paterna, Silvia es la menor de cuatro hermanos. "Eso tenía sus cosas buenas y sus cosas malas", comenta con buen humor. Aunque estudió peluquería y estética, pronto se decantó por el mundo de la hostelería a la que se dedica desde que tiene 18 años. L'Eliana fue primero su lugar de trabajo, luego el sitio de donde era el chico del que se enamoró y finalmente, ya a sus 40, puede decir que ha vivido más de la mitad de su vida aquí, junto a su marido Fede, y desde hace 11 años con su hijo, Sergio. Amante de las fiestas y sobre todo de su falla, la Verge del Carme, Silvia se considera una persona familiar, detallista y nada rencorosa.
¿Cómo llegaste a l'Eliana?
Trabajaba en La Cañada, en el horno Desamparados. La pareja que lo regentaba tenía otros negocios, entre ellos el antiguo Bar Tuareg de l'Eliana y allí me tocó ponerme a trabajar. Era muy jovencita, tenía sólo 18 añitos, allí conocí a Fede, mi marido, y por él fue por el que al final me quedé a vivir aquí.
Así que te quedaste en l'Eliana por amor.
¡Quién me lo iba a decir a mí! Tenía una amiga que me decía que al final me casaría con un elianero y yo me reía mucho porque ni se me pasaba por la cabeza. Fede venía mucho al Tuareg y yo notaba que le gustaba pero al principio no le hacía ni caso. A mi amiga le gustaba su amigo y así, con la tontería, lo fui conociendo más y me acabé enamorando. Nos casamos en la Iglesia de San Pedro de Paterna y después llegó nuestro hijo Sergio. Su nacimiento fue algo muy bonito, pensado, valorado y que le hizo especial ilusión a mis suegros porque estaban pasando una época muy difícil.
¿Cómo te definirías?
Creo que soy una persona generosa, detallista. Me gusta querer a la gente que me quiere y tratarla bien. Tengo también mi carácter, y a veces mal genio, pero en general trato a la gente como ellos me tratan a mí. Soy la primera que se apunta a una celebración o a hacer el típico regalo de cumpleaños.
Vives las fiestas de l'Eliana con especial emoción y siempre dices que estás orgullosa de formar parte de la Falla Verge del Carme.
Me gustan mucho por el ambiente, el compañerismo, la diversión y sobre todo porque lo comparto con la familia. Cuando vivía en Paterna era de la comparsa de Moros y Cristianos y también fallera. Cuando vine a vivir a l'Eliana me apunté a la Verge del Carme, que era la falla de mi marido y ahora también es la mía. Fui Fallera Mayor en el año 2007 y lo recuerdo como algo precioso. También mi hijo Sergio fue Presidente Infantil este año 2015 aunque tuvimos muy mala suerte durante ese año por las lluvias. Aun así fue algo muy emotivo, que viví con especial sensibilidad. No es posible para mí vivir las fiestas falleres con tanta intensidad como me gustaría, por razones de trabajo, pero siempre que puedo las disfruto al máximo. No me pierdo por nada del mundo la ofrenda porque es uno de mis actos preferidos y el que más me emociona.
¿Cómo empezaste a trabajar en el emblemático Bar Torrent?
Cuando Sergio tenía un añito. Por entonces trabajaba todavía en el Tuareg pero quería cambiar. Soy muy amiga de Aurelio y Mª Carmen, que ahora son dueños del 7 Notas, y ellos le hablaron a Ximo, el dueño del Bart Torrent de mí. A la semana estaba allí trabajando y hasta ahora, que ya llevo diez años.
¿Es complicado trabajar en un bar que nunca para?
El Bar Torrent ha crecido mucho, ahora viene gente en todas las épocas del año. Es más complicado ahora porque hay más faena. A mí me gusta mucho mi trabajo e intento siempre estar de buen humor y tratar a la gente con respeto y amabilidad. Si tengo un mal día no lo pago con nadie más que conmigo misma. Mucha gente no sabe que en diez años El Torrent no ha subido los precios y que no cobra a sus clientes por el plus de la terraza. Yo estoy muy contenta. Si recibo cariño doy cariño.
¿Qué significa l'Eliana para ti?
Soy feliz al salir de mi casa, en la calle Verge del Carme, y que me saluden, que me conozcan. Siento mucha libertad y eso me encanta. L'Eliana para mí es todo. No la cambio por nada.